El Club de Pesca, en Cartagena, es toda una institución. Si no estoy mal, ya supera los 40 años de servicio, y la verdad es que es una de las facetas lindas de La Heroica. Está en el Fuerte de San Sebastián del Pastelillo, joya de la arquitectura militar cartagenera, construido en 1743 sobre las ruinas de la primera fortaleza que se levantó en la ciudad.
Este lugar era uno de los bastiones de la defensa de la bahía contra los ataques de piratas y corsarios, con 31 cañones apostados en sus tres murallas. Es una construcción magnífica, con sus gruesos muros cargados de historia y, además, es un ejemplo de la arquitectura por la que Cartagena ha cobrado fama internacional. Hoy, siglos después de haber renunciado a su uso militar, se ha convertido en uno de los lugares más románticos de la ciudad.
Yo reservé una mesa en el muelle, que es, a mi gusto, el mejor comedor de El Club de Pesca, desde donde se tiene una vista prodigiosa de la bahía y se recibe la frescura de la brisa marina. Lástima que ahora instalaron unas feas carpas iluminadas por luces blancas, que le restan calor y romanticismo al muelle. De resto, perfecto: boleros (Noches de Cartagena incluida, por supuesto), luz de luna y una botella de chardonnay chileno un poco más frío de lo que debía estar.
Y perdonen si me distraigo en alabanzas a la arquitectura y el ambiente, y dejo de lado con esto el tema que en realidad nos ocupa, que es la comida, pero es que no hay mucho que decir sobre este aspecto. La cocina de El Club de Pesca es simple, sosa y tremendamente anticuada. ¿Cómo puede ser posible que en un restaurante que supuestamente figura como la punta de lanza en Cartagena aún ofrezcan en la carta platos tan arcaicos y escuetos como un pollo al vino? ¿Eso es todo lo que tienen en su repertorio? Y no es lo peor: medallones de lomo a la pimienta o a la bernesa, pechuga de pollo al estragón, ¡pollo a la plancha! ¡Parece el menú de una Primera Comunión en los años ochenta!
Las muelas de cangrejo en vinagreta que probé llegaron en un tamaño desastrosamente irregular, unas medianas pero la mayoría mínimas, aunque la vinagreta estaba de buen sabor, un poco dulzona pero perceptible en su justo punto. También un cóctel de langostinos, nada asombroso, aunque debo anotar la extrema frescura de sus ingredientes, lo cual es de esperarse en un restaurante al lado del mar.
El Festival de Mariscos es el plato fuerte recomendable. Trae una langosta de tamaño apenas justo, algunos langostinos y un filete de pescado blanco, todo a la plancha, y de compañía calamares encebollados, caracoles al coco, un mejillón al ajillo, arroz con coco y patacones. Buen tamaño. Uno queda satisfecho. Pero estamos hablando de un plato que sobresale únicamente por eso. De creatividad, de pericia culinaria, de innovación y desarrollo, nada. El Filete de Róbalo en salsa de mariscos estaba riquísimo, eso sí, de buena sazón y en buen término. Y los postres… Bueno… Como dice Andrés López, “deje así”.
No es por censurar o descalificar a este importante restaurante Cartagenero, pero pienso que si se goza de sus dos grandes cualidades, como son estar ubicado en un emplazamiento privilegiado y ser uno de los más visitados por los turistas que llegan a la ciudad, no se puede bajar la guardia en lo primordial, que es la cocina. Este es un restaurante de alto nivel, no un localito. Así que deberían ser consecuentes en los fogones con semejante responsabilidad. Quizá ya sea hora de revisar la carta, de reformar la cocina, de ofrecer algo de la creatividad que se desarrolla en otros restaurantes cartageneros. Porque quizá solo así El Club de Pesca estará preparado para dar la batalla durante otros cuarenta años.
Club de Pesca
Manga, Fuerte de San Sebastián del Pastelillo, Cartagena.
Teléfono: 660 5863.
teodoromadureira@hotmail.com
http://elmango.blogspot.com/
1 + Comida
2 Creatividad
3 Presentación
4 + + Carta de vinos
5 + + + Ambiente
6 + + + Atención
Total 9 de 18
Precio $$$
Etiquetas: Cartagena, Mariscos, Percados, Restaurante