La sartén por el mango

lunes, abril 24, 2006

Desde la terraza de Via Maria

El puente pasado, domingo, desde la cómoda y estratégica terraza de Vía María, en la Zona T, y mientras saboreaba un Morandé Terrarum Chardonnay 2004, pude comprobar que quizá sea cierto todo lo bueno que se ha dicho últimamente sobre Bogotá en diarios de tanta resonancia como The New York Times y The Guardian. Y, en efecto, ya se empiezan a sentir los beneficios de tan halagadora propaganda: varios grupos de turistas disfrutaban de la noche, la comida y la hospitalidad bogotana, y como en una torre de babel pude identificar visitantes franceses, italianos e ingleses. Por cierto, al ver tal afluencia de comensales extranjeros pensé que es hora de que los restaurantes de cierta talla incluyan dentro de su personal al menos un empleado bilingüe para que se haga cargo de estas visitas.

La carta de Vía María, que recorrí esa noche, es bien particular, pues ofrece opciones italianas, como un paquete interesante de pizzas y pastas, junto con algunos platos chinos y peruanos, como la causa limeña que nunca me cansaré de ordenaren este lugar: papa amarilla atravesada por lonchas de aguacate y gruesos langostinos, con una salsa levemente picante. Pero lo importante es que este fogón está bien ajustado. El penne con orellanas y pancetta que probé me dejó muy satisfecho, y mi señora encontró su filete de salmón al limón suave, jugoso y ubicado en el justo término que se le debe dar a este tipo de piezas. Y es que hace poco Harry Sasson, con quien comparto esta página, aseguró que el término del pescado es tan digno de respeto como el de las carnes, y estoy de acuerdo: si algo me saca de mis cabales es un filete sobrecocido, reseco y tieso. Por suerte, este no fue el caso en Vía María.

A pesar de su bien ubicada terraza, que sirve de atalaya para ver y ser visto, el ambiente de Vía María podría estar mejor. Tienen buen servicio, justo pero bueno, sin carencias ni excesos. Tienen buena comida, afinada, rápida y presentada decorosamente. Pero el local, no sé si por frío o por oscuro, carece del sabor del que goza la carta. Estoy seguro de que una revisión a la experiencia en este lugar, tenedores aparte, podría ser benéfica.

Quizá lo que me preocupa, y que no me dejó pasar una noche fantástica en esa linda terraza, es la música. Leí en la última edición de la revista elgourmet.com que “el lugar más increíble o el plato más exquisito puede verse arruinado si el sonido es una gran bola confusa que obliga a esforzarse para hablar o escuchar”. Bueno, algo así ocurre en Via Maria, al menos en su terraza, porque termina uno tratando de rescatar la conversación que se hunde entre la pastosa música del local vecino. Ésta es una falla de la que adolecen muchos lugares, que no entienden que la música debe ser un condimento más de la velada, apenas perceptible pero perfectamente apreciable, como el azafrán en la paella.

Sin embargo, esto no fue problema para el grupo de comensales con acento londinense que disfrutaba, como yo, esta linda orilla de la T. Se les veía animados y satisfechos en medio de su conversación, probando sin recato tantos platos como les fue posible y descubriendo la faceta linda de la ciudad. Entonces, mientras tomaba el último sorbo de mi Chardonnay, confirmé que una noche en esta callecita peatonal, desde la terraza de Vía María y a pesar del barullo musical, sirve para resumir todo lo bueno que de Bogotá se ha dicho últimamente.

Via Maria.
Dirección: Calle 83 N° 12A-11.
Teléfono: 236 9854.

teodoromadureira@hotmail.com

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1 Comments:

  • I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
    »

    By Anonymous Anónimo, at 12:12 p.m.  

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